Para el año 2050, el agua disponible en Chile se reducirá en un tercio en algunas regiones, según los modelos actuales, lo que extenderá los periodos de riego que se aplican hoy y se reducirán los cultivos más intensivos en agua, especialmente aquellos sin acceso a mejoras tecnológicas.
Chile es uno de los 18 países con mayor riesgo hídrico a nivel mundial, «lo que quiere decir que el cambio climático nos afectará sin dudas», asegura el sociólogo Rodrigo Faúndez, miembro del Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la protección del Medio Ambiente (Modatima)
Para el dirigente, «un problema clave es que la Dirección de Aguas ha entregado más derechos de agua de los que realmente hay disponibles en las cuencas».
A nivel nacional, el principal sector demandante de agua es el agrícola -por irrigación-, que consume más del 77%, seguido de la industria (9,1%), minería (7%) y agua potable y saneamiento (urbano y rural, con 5,9%), según cifras de Modatima.
En un país donde el 76% de la superficie está afectada por sequía, la desertificación y el suelo degradado -según reporte de la Fundación Chile- han causado que en algunas localidades como Petorca o Putaendo, donde durante el 2019 se perdieron más de 5 mil animales, haya comenzado una disputa entre las empresas y los ciudadanos.
Para el año 2050, el agua disponible en Chile se reducirá en un tercio en algunas regiones, según los modelos actuales, lo que extenderá los periodos de riego que se aplican hoy y se reducirán los cultivos más intensivos en agua, especialmente aquellos sin acceso a mejoras tecnológicas, según explicó al diario El Mostrador el director del laboratorio PROMMRA del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena, Pablo Álvarez.
«Esta sequía, al limitar la disponibilidad de un recurso, ha acentuado y visibilizado un conflicto por su acceso, que ha derivado en un debate sobre derechos y propiedad», añadió Cordero, para quien ya se puede hablar de una «microguerra del agua”. «Esta es también una de las consecuencias del cambio climático: exacerbar conflictos sociales. Desafortunadamente, es probable que este tipo de conflictos se agudicen aun más en el futuro, a medida que el estrés hídrico empeore», augura Álvarez.
«Aunque eventualmente esta sequía terminará, la situación de estrés hídrico continuará», advierte Raúl Cordero, académico de la Universidad de Santiago.
Cordero coincide en que esta sequía, como todas, es consecuencia de anomalías persistentes en patrones de circulación en atmósfera, debido a cambios en la temperatura de la superficie de océano. «Todas las regiones del mundo son afectadas por sequías y la zona central de Chile no ha sido la excepción, pero esta en particular, que ya se extiende por más de una década, es considerada la más larga registrada. No es frecuente que se produzca una sequía tan larga, así que se trata de un evento excepcional», subraya.
«En general, alza de temperatura debida al cambio climático exacerba las sequías, pues acelera evaporación de humedad en superficie, secando más el suelo que retroalimenta las sequías», explica el académico.
Además, Cordero indica que los modelos climáticos prevén en el futuro un alza significativa en la frecuencia de sequías. «Esto significa que tendremos probablemente más sequías como esta en el futuro y debemos adaptarnos a ese escenario», que en el futuro podría «acelerar el abandono del campo y son un impulso a la migración hacia las ciudades».
Fuente: Modatima