“A pesar de las recientes estimaciones de que las repercusiones económicas de los plaguicidas en las especies no destinatarias -incluidos seres humanos- ascienden aproximadamente a 8.000 millones de dólares anuales en los países en desarrollo, el uso de plaguicidas está aumentando y se utilizan millones de toneladas de ingredientes activos de plaguicidas en la agricultura” (FAO)
Cada año en los campos de cultivos de todo el mundo se aplican millones de toneladas de agroquímicos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a nivel global se rocían unos 4.6 millones de toneladas de plaguicidas químicos al año y unos 115 millones de toneladas de fertilizantes nitrogenados.
El creciente empleo de agroquímicos en el mundo corresponde a dinámicas complejas que se relacionan fundamentalmente con el predominio de un modelo económico y la imposición de un paradigma de desarrollo agrícola dominante.
Por agroquímico se entiende a cualquier sustancia o mezcla de sustancias naturales o sintéticas utilizado para prevenir, eliminar y/o controlar cualquier plaga, enfermedad o maleza en la actividad agrícola.
A estas sustancias se las conoce comúnmente como plaguicidas o pesticidas – también referidas como fitosanitarios o protección de cultivos- las mismas que están conformadas por insecticidas, herbicidas, fungicidas, acaricidas, entre otros.
Esta categorización también incluye a aquellas sustancias que buscan proporcionar elementos que incentiven el crecimiento de las plantas, conocidas como fertilizantes. Así como sustancias reguladoras del crecimiento vegetal o fitorreguladores, de post cosecha y de tratamiento de semillas.
Empero, este modelo -que se construye en base de los intereses de grandes corporaciones transnacionales, de instituciones internacionales de cooperación y desarrollo- acarrea profundas problemáticas sistémicas e implicancias para la salud pública y para el medio ambiental a nivel global, regional y local.
Actualmente diversas instituciones y organizaciones – desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), pasando por varios Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), hasta colectivos de la sociedad civil – se dedican a hacer un constante seguimiento y evaluación de peligrosidad a los abundantes componentes químicos que constantemente salen al mercado.
Dentro de los diferentes criterios que existen para categorizar a un agroquímico como altamente peligroso se encuentran los establecidos por la OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Según estos criterios, existen los plaguicidas altamente tóxicos.
Fuente: https://fundacionsolon.org/2021/03/17/que-son-los-agroquimicos/